sábado, 28 de noviembre de 2015

PIOJOS



Los PIOJOS, son un orden de insectos ápteros, sin alas, ectoparásitos  de aves y mamíferos, que incluye unas 3250 especies. Sus huevos se llaman liendres, que los piojos adhieren al pelo o plumas de su huésped.

Tienen desarrollo paurometábolo. Son todos ectoparásitos obligados de aves y mamíferos, a excepción de los monotremas el ornitorrinco y los equidnas y algunos órdenes de euterios, como los quirópteros murciélagos y folidotos.

Son altamente específicos con el huésped y muchas especies incluso prefieren lugares determinados de su cuerpo. Mientras los piojos pasan su vida entera sobre el huésped, han desarrollado adaptaciones que los habilitan para mantener un contacto cercano con él. Estas adaptaciones se reflejan en su tamaño (de 0,5 a 8 mm), patas y garras fuertes para agarrarse firmemente al pelo, piel y plumas, sin alas e inflados dorsoventralmente. Se alimentan de restos de piel (epidermal), partes de plumas, secreciones sebáceas y sangre. Su color varía de beige pálido a gris oscuro. Si se alimentan de sangre, pueden ser considerablemente más oscuros. Los piojos son contagiados por contacto, pues suelen trasladarse de un huésped a otro.

La pediculosis es el término médico de la infestación con piojos. El rastro más antiguo de infestación por piojos en humanos es de 6900 a 6300 a. C. en las momias egipcias. Los piojos siguen estando vigentes y de manera creciente y es usual encontrar tasas de infección del 5 al 20 % en colegios de países desarrollados. Esto es debido a básicamente dos razones principales: resistencia a insecticidas e incremento de los viajes.

En los últimos años la pediculosis ha pasado a ser un fenómeno tan frecuente que ya casi no llama la atención; antes era una enfermedad que se ocultaba, ahora es un hecho casi habitual en la vida del niño en etapa escolar.

Pero esta forma de ver las cosas puede originar diversas consecuencias en el chico, desde afectar su rendimiento escolar hasta producir daños graves en el organismo. Es necesario entonces conocer al enemigo contra el cuál luchamos, para establecer las estrategias más adecuadas para su control y su erradicación.

Los piojos han parasitado al hombre desde tiempos tan remotos que están incorporados a la tradición de todos los pueblos del mundo, por lo que han recibido nombres propios en todas las lenguas. Constituyen un problema siempre vigente, pronto a rebrotar y a extenderse con inusitada rapidez cada vez que hay catástrofes naturales, guerras, miserias o hambrunas. Unas y otras resultan sinónimos de momentos y circunstancias difíciles, pues tal vez haya pocos índices sanitarios para denunciar la vida precaria y en condiciones insalubres. Por ello se debe considerar que el problema no se presenta aislado, sino que depende de otros factores sobre los cuales necesariamente habrá de actuar. La distribución de la pediculosis es cosmopolita. Suelen aparecer pequeñas epidemias familiares, y su incidencia ha mostrado un importante aumento durante la última década. Esto afecta a todas comunidades y etnias. La pediculosis del cuero cabelludo predomina entre los escolares.

En su forma adulta, es un insecto de forma ovoidea, color blanco grisáceo, que puede medir entre 1,5 y 4 mm. Tiene seis patas que terminan en una especie de garfios que le permiten adherirse al pelo. No tienen las alas, por lo que no vuelan. Tampoco saltan. Durante su ciclo de vida el piojo hembra deposita los huevos o liendres cerca del cuero cabelludo, preferentemente en la zona occipitocervical más conocida como nuca y retro auricular detrás de las orejas. Las liendres son de forma oval, generalmente muy pequeñas, miden entre 0,3 y 0,8 mm, son de color amarillo o blanco. Cada piojo hembra coloca aproximadamente ocho liendres por día. Se desarrollan a temperaturas entre 22 y 36 °C. En 6 a 9 días la liendre madura, y se libera la ninfa. El cascarón se torna más visible de amarillo pálido y se mantiene adherido al pelo. La ninfa parece un piojo adulto pero es del tamaño de la cabeza de un alfiler. Las ninfas se van transformando en unos siete días más, madurando, pasando por tres estadíos hasta convertirse en parásitos adultos. El piojo adulto puede vivir hasta 30 días en la cabeza de una persona. Se alimenta con sangre, varias veces por día. Sin alimentarse el piojo puede morir en uno o dos días fuera del hospedador. La infestación de piojos es muy común y distribuida mundialmente. Los niños de entre 3 y 11 años son los más frecuentemente infestados. Las mujeres se infestan más que los hombres, probablemente por el mayor contacto cabeza a cabeza y por diferencias en el contenido hormonal

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