martes, 15 de septiembre de 2015

CATARINA



CATARINA, su nombre común varía según la especie y el país. Los más habituales son: mariquita, vaquita de San Antonio y vaquita de San Antón en Argentina; mariquita, chinita en Chile; mariquita en España, Puerto Rico, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Colombia, Venezuela, Bolivia, Perú, Paraguay, Honduras, Costa Rica y Nicaragua; sarantontón o san antonito en las Islas Canarias; o catarina en México y, por último, San Antonio en Uruguay.

Son insectos pequeños, con un tamaño reducido que va de 5 a 8 milímetros. De forma redondeada u oval, brillantes, suelen ser de vivos colores, con manchas negras sobre un fondo naranja, amarillo o rojo, en forma de puntos o rayas no es un caparazón sino gruesas alas transformadas, llamadas élitros, que protegen las alas funcionales para el vuelo, el segundo par. Algunas especies son peludas. Su cabeza, antenas y patas son negros. Las extremidades cortas. Dado que son útiles, coloridos e inofensivos para los humanos, son insectos vistos tradicionalmente con simpatía e incluso se les considera en algunos lugares signo de buena suerte, y que el matarlas se toma como un presagio de mala suerte.

Los vivos colores de las mariquitas sirven para mantener alejados a los predadores, que suelen asociar los colores brillantes especialmente el naranja y negro o el amarillo y negro con el veneno. Esto se denomina aposematismo o coloración aposemática. De hecho, algunas mariquitas son realmente tóxicas para predadores de pequeño tamaño, como lagartos o pájaros pequeños, aunque un humano podría comer varios cientos de mariquitas sin notar ningún efecto. Son totalmente inofensivas, dado que cualquier ser humano podría agarrar alguna sin que ésta use algún tipo de defensa personal...

Ponen los huevos de color amarillo uno por uno o colocados en grupos sobre las hojas. Después de una semana, de los huevos salen las larvas que tienen seis patas, y gran movilidad. Suelen ser espinosas o verrugosas, de color negro con minúsculas manchas blancas y anaranjadas, aunque hay una gran variedad en los colores según la especie.

Estas larvas mudan tres veces antes de convertirse en pupas. Las pupas se adhieren a las hojas, tallos o rocas, y son de un color anaranjado y negro. Y pueden confundirse con excrementos de aves. De estas emerge un adulto de color amarillo sin tener aún definidos los colores característicos del adulto; pero los mismos aparecen en unas pocas horas.

Las mariquitas son muy apreciadas ya que son depredadoras naturales de los áfidos pulgones, cocos, pulgas, ácaros y cochinillas que son plagas para la agricultura. Una mariquita adulta se estima que puede consumir más de mil de estos animales durante el verano y si tenemos en cuenta que una hembra puede tener más de un millón de crías nos daremos cuenta de por qué son considerados como insecticidas naturales. En muchos lugares del mundo se utilizan para lo que se conoce como control biológico de las plagas; es decir, estas eliminan los animales perjudiciales para la agricultura utilizando sus enemigos naturales, en lugar de utilizar productos químicos.

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