jueves, 25 de junio de 2015

PAPA



El PAPA es el obispo de Roma, y recibe la consideración de cabeza visible de la Iglesia católica, cabeza del Colegio episcopal, además de jefe de Estado y soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Se trata de un cargo electivo. El papa actual es Francisco, de nombre secular Jorge Mario Bergoglio, cardenal argentino elegido sumo pontífice en marzo de 2013. Su cargo se corresponde al del antiguo Patriarca de Occidente de la Iglesia ecuménica previa al Cisma de Oriente y Occidente.

Al papa también se le conoce como Santo padre, Sumo pontífice, Vicario de Cristo, Sucesor de Pedro y Siervo de los siervos de Dios. A nivel internacional, el papa recibe el trato de jefe de Estado y el tratamiento honorífico y protocolario de Su Santidad. Igualmente, es el representante por excelencia de la Santa Sede, la cual tiene personalidad jurídica propia, canónica e internacional. Asimismo, el pontífice posee inmunidad diplomática, es decir, no puede ser acusado en tribunales, ya que más de 170 países lo reconocen como soberano del Estado vaticano.

Conforme a la tradición católica, el papado tiene su origen en Pedro, apóstol de Jesús, que fue constituido como primer papa y a quien se le otorgó la dirección de la Iglesia y el primado apostólico. Hasta el pontífice presente, la Iglesia católica enumera una lista de 266 papas en los dos milenios de historia de dicha institución. Cabe destacar que conforme a otros credos no católicos, tanto la primacía de Pedro como la sucesión papal y hasta el papado mismo, no son considerados como verdaderos o se interpretan bajo sentidos diversos al sentir católico.

Como jefe supremo de la Iglesia tiene las facultades de cualquier obispo, y además aquellas exclusivas e inherentes a la cátedra petrina, como la declaración universal de santidad canonización, nombramiento de cardenales y la potestad de declarar dogmas. Esta última es una de la más controvertidas, ya que implica la llamada infalibilidad papal, por la cual, conforme al dogma católico, el pontífice está exento de cometer errores en materias de fe y moral, pero únicamente si habla ex cathedra.

Popularmente se cree que PAPA abreviado P. o PP. es un acrónimo del latín Petri Apostoli Potestatem Accipiens: 'el que sucede al apóstol Pedro'. Sin embargo, en el latín clásico significaba 'tutor' o 'padre’' dicho término proviene a su vez del griego páppas, que significa ‘padre’ o ‘papá’, término usado desde el siglo III para referirse a los obispos en el Asia Menor y desde el siglo XI exclusivo del Romano Pontífice.

Durante los primeros siglos de la historia del cristianismo, la expresión papa se usaba para dirigirse o referirse a los obispos, en especial a los metropolitas u obispos de diócesis mayores en extensión o importancia. Así, Cipriano de Cartago, por ejemplo, es llamado papa. La primera vez que se tiene constancia del empleo de esta expresión para el obispo de Roma es en una carta de Siricio, a fines del siglo IV. Sin embargo, seguía utilizándose indistintamente para otros obispos. Hay que esperar a Gregorio VII para un uso ya exclusivo del obispo de Roma. Así el título de papa no es exclusivo de la Iglesia de Roma, pues era utilizado antiguamente por los principales patriarcas, hasta que fue cayendo en desuso, conservándolo sólo el patriarca de Occidente obispo de Roma y el patriarca de Alejandría, tanto el de la Iglesia copta como el de la Iglesia ortodoxa de Alejandría. También podemos ver el uso reverencial de la expresión latina papa para dirigirse a los popes, los sacerdotes de la Iglesia ortodoxa rusa.

La visión de la Iglesia católica de los relatos evangélicos en torno al apóstol Simón Pedro conocido como San Pedro resalta su preeminencia sobre los demás apóstoles: Jesús le da un nombre especial, Kefás Roca en arameo traducido al griego como Pedro, el cual señalaría la futura misión del apóstol. Además, en los listados de apóstoles los evangelistas siempre lo nombran en primer lugar a pesar de no haber sido el primero en recibir la llamada de Jesús, incluso utilizando el título de "el primero". Con todo, el pasaje evangélico clave es Mateo 16, 13-20, donde Jesús -más adelante- hace entrega a Pedro de las "llaves del reino de los cielos" y se refiere a él como la roca sobre la cual fundaría su Iglesia. Luego de la resurrección, Jesús nuevamente le menciona su papel: "Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas", donde apacentar en términos bíblicos es ‘gobernar’. Por ello, según la visión de la Iglesia católica, el evangelio reflejaría la voluntad de Jesucristo de que sus discípulos permanecieran unidos bajo la dirección de Pedro, a quien Jesucristo dio ese nombre en un momento solemne, llevando a sus apóstoles a una ciudad edificada junto a una roca, Cesárea de Filipo:

Y yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra, Yo edificaré mi Iglesia y el poder del infierno no prevalecerá contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los cielos; y todo lo que atares sobre la tierra será también atado en los cielos; y todo lo que desatares sobre la tierra será también desatado en los cielos.

La interpretación de las llaves del Reino de los Cielos actual no se hizo hasta el papa Gregorio VII. La interpretación más común de los Padres de esta metáfora es la predicación de Pedro, el cual abrió el Reino de los Cielos a los judíos y a los gentiles.

En los Hechos de los Apóstoles se mostraría el papel de dirección que tiene Pedro: se encarga de iniciar la dirección del que tomaría el lugar de Judas, el primero en salir a hablar después de la venida del Espíritu Santo, el primero en hablar en el concilio de los apóstoles. Todo ello es interpretado por la Iglesia Católica como muestra del papel y misión que Jesús dio a Pedro en relación con la Iglesia que él supuestamente fundaría.

Por tales motivos Pedro es considerado dentro de la Iglesia Católica como el primer papa. Aunque en aquel tiempo no llevaba el título pero sí la misma función y autoridad.

Pese a esto, muchos Padres de la Iglesia dicen que la piedra a la que se refiere Cristo es su confesión, no Pedro; pero sin rechazar el pontificado.

A partir del siglo XII, la elección de pontífice romano se realiza mediante cónclaves, esto es la reunión del Colegio cardenalicio en los que los purpurados eligen mediante escrutinio secreto al nuevo papa. Conforme a la normatividad eclesiástica actual el cargo de Obispo de Roma queda libre solamente al morir o renunciar válidamente el pontífice en turno, a este periodo donde la Sede Apostólica queda sin titular se le conoce como “Sede Vacante”, por lo que al acontecer esto, se convoca a Cónclave para elegir nuevamente a la cabeza de la Iglesia católica.

Conforme al Código de Derecho Canónico, solamente el Colegio Cardenalicio tiene competencia para elegir al Sumo Pontífice, sin embargo deberán apegarse a la normatividad específica. Dicha normatividad es expedida por el Sumo Pontífice. La que rige actualmente se encuentra contenida en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, expedida por el papa Juan Pablo II, el 22 de febrero de 1996, la cual solamente ha sido aplicada una vez tras la muerte de dicho pontífice y para la elección del último papa, Papa Emérito Benedicto XVI.

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