miércoles, 6 de mayo de 2015

GUILLOTINA



La GUILLOTINA fue la máquina utilizada para aplicar la pena capital por decapitación en varios países europeos como Francia, Reino Unido, Bélgica, Suecia, Italia, la antigua República Federal de Alemania y en la antigua República Democrática de Alemania. Aunque esté asociada con la Revolución francesa de 1789, durante la cual se empezó a utilizar en Francia, se utilizaba en otros países europeos desde el siglo XIII.

Aunque la decapitación manual, mediante espada o hacha, se ha utilizado desde tiempos remotos, la decapitación mecánica no parece ser tan antigua. Es conocida por la fama que ganó a partir de 1792 durante la Revolución francesa con sus decenas de miles de ejecuciones.

La guillotina tradicional consiste en un armazón de dos montantes verticales unidos en su parte superior por un travesaño denominado chapeau sombrero, que sostiene en alto una cuchilla de acero con forma triangular con un lastre mouton de plomo de más de 60 kilogramos en su parte superior. En su parte inferior se dispone un cepo de dos medias lunas, fenêtre, de las cuales la superior es móvil. Justo detrás de la máquina hay una plancha de madera que actúa como báscula. Hasta el siglo XX, era común que la guillotina estuviera elevada sobre un cadalso y pintada de rojo. Una ejecución puede completarse en menos de un minuto.

En un principio el corte de la hoja era horizontal, pero debido a los fallos en las pruebas realizadas con cadáveres se inclinó el filo para que cortase el cuello eficazmente. El reo es acostado sobre la báscula posterior y empujado al trangallo o cepo, donde su cuello queda aprisionado; el verdugo acciona un resorte y la cuchilla cae sobre el cuello, separando la cabeza del tronco a la altura de la cuarta vértebra cervical. La cabeza, ya separada, es recogida en un saco de cuero y no en un cesto, como tantas veces se ha visto en películas.

Se cuenta que la inclinación de la hoja de la guillotina habría sido recomendada por el propio Luis XVI que murió finalmente guillotinado en la Revolución francesa. Esta leyenda se debe a la relación que hace de los hechos el verdugo de París Charles-Henri Sanson ejecutor de Luis XVI en sus memorias apócrifas redactadas y publicadas por su nieto en 1889.

Su nombre proviene del cirujano francés Joseph Ignace Guillotin, diputado en la Asamblea Nacional, que la recomendó para su uso en las ejecuciones en sustitución de los métodos tradicionales; de ahí deriva el nombre de guillotina. Sin embargo, no fue su inventor, puesto que máquinas parecidas ya se habían utilizado en Bohemia durante el siglo XIII, Alemania llamada Fallbeil.

En Escocia la Maiden de Edimburgo, Inglaterra el gibbet de Halifax y los Estados Pontificios desde el siglo XV. En Italia se la conocía con el nombre mannaia, según la descripción publicada en 1732 en Viajes a España e Italia, del padre jesuita Jean-Baptiste Labat, y en el Voyageur français, del abate Joseph Delaporte, publicado en 1777.

Para evitar a los condenados sufrimientos inútiles, Guillotin propuso a la Asamblea octubre de 1789 la adopción de la máquina, pero no fue escuchado. Insistió y pidió al secretario de la Academia de Cirugía, el Doctor Antoine Louis, que diseñara una máquina basada en las ya existentes en otros países europeos. La fabricación fue encargada al fabricante de clavicordios alemán Tobías Schmidt, asesorado por su amigo el verdugo de París Charles-Henri Sanson. En abril de 1792, fue ensayada primero con ovejas y luego con cadáveres en el hospital de Bicêtre, en París. Antoine Louis modificó la cuchilla horizontal por otra con forma oblicua, de mayor efectividad en el corte.

La Asamblea Nacional adoptó el uso de la guillotina a fin de que la pena de muerte fuera igual para todos, sin distinción de rangos ni clase social. En efecto, hasta entonces sólo los miembros de la aristocracia tenían el privilegio de ser ajusticiados sin agonía: eran decapitados con una espada o un hacha. En un principio, Marat había apodado la máquina Louison o Louisette diminutivo femenino del nombre Louis. Se estima que unas 1119 personas fueron decapitadas en la Plaza de la Concordia durante la Revolución Francesa.

El primer ajusticiado de esta forma fue un bandido de caminos llamado Nicolás Jacques Pelletier, el 27 de mayo de 1792. La última ejecución efectuada en Francia con este método tuvo lugar el 10 de septiembre de 1977; el ajusticiado se llamaba Hamida Djandoubi y era un inmigrante tunecino que había asesinado a su compañera.

La leyenda según la cual el doctor Guillotin hubiese muerto guillotinado es falsa; falleció de un carbunco en su domicilio el 26 de marzo de 1814. Aparentemente el mito que ha existido sobre que Guillotín murió víctima de su propio invento tuvo su origen en que una persona del mismo apellido fue decapitada en Lyon.

El uso de la guillotina finalizó con la abolición progresiva de la pena de muerte en Europa. En Suecia, la guillotina dejó se ser utilizada en 1910, en Bélgica en 1918, en Alemania Federal en 1949, y en la antigua República Democrática de Alemania en 1969. Luego de sucesivas movilizaciones por parte de organizaciones de derechos humanos y siguiendo las recomendaciones del Consejo de Europa y del Parlamento Europeo, la pena de muerte fue abolida en Francia por el presidente de la República François Mitterrand en 1981. El 19 de febrero de 2007, el Parlamento francés modificó la Constitución para que reflejara la abolición de la pena de muerte.

En 1996, el demócrata estadounidense Doug Teper, representante del Estado de Georgia, propuso sustituir la silla eléctrica por la guillotina a fin de evitar todo sufrimiento al condenado y permitir la donación de órganos. La propuesta fue rechazada por considerar que la guillotina es un método salvaje por lo sangriento.

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