martes, 12 de mayo de 2015

DROGA



La DROGA es, en el sentido amplio del término, una sustancia química que tiene efectos biológicos conocidos en humanos o animales. Los alimentos son excluidos de esta definición a pesar de sus efectos fisiológicos conocidos en la mayoría de las especies animales.

El término droga, por influencia de las definiciones en inglés, donde el término «drug» se emplea tanto para medicamentos como para drogas, puede ser utilizado con todo fármaco o principio activo de un medicamento, elemento de origen biológico natural o producto obtenido de él por diversos métodos, o sustancia producida artificialmente, que produce efectos en el sistema nervioso central. Puede modificar el estado de ánimo produciendo placer e incluso, llegar a tener potencial de abuso y perjuicio. 

Por ejemplo, en farmacología, una droga se define como «aquella sustancia química utilizada en el tratamiento, curación, prevención o diagnóstico de enfermedades o para mejorar de una forma u otra el bienestar físico o mental».

El término «droga psicoactiva» se utiliza, especialmente en el ámbito de la medicina y farmacología, como sinónimo de principio activo o fármaco, ya sea por extensión del concepto o debido a la traducción literal del término inglés «drug», el cual no hace distinciones entre los tres términos.

La definición original de la Organización Mundial de la Salud refleja este uso genérico, sin embargo, la definición más específica indica que droga es el término más adecuado para referirse a sustancias que se usan sin fines terapéuticos; alteran aspectos afectivos, cognitivos y conductuales; pueden ser auto administradas; y pueden inducir estados biológicos adaptativos en sus usuarios. Las drogas psicoactivas más consumidas del mundo son el alcohol, la nicotina y la cafeína, sustancias legales en la gran mayoría de países. Desde esta última perspectiva, el sinónimo más adecuado para esta definición de droga es sustancia psicoactiva.

Las drogas recreativas son sustancias que se usan para obtener sensaciones de placer y no con fines medicinales. Las drogas recreativas de uso común incluyen nuevamente el alcohol, la nicotina y la cafeína, además de otras sustancias generalmente ilegales como derivados de los opiáceos y las anfetaminas. Algunas drogas pueden causar, en mayor o menor intensidad, adicción y efectos secundarios. Muchas drogas recreativas son ilegales, prohibiéndose su uso incluso para ensayos clínicos u otras aplicaciones médicas; existen tratados internacionales, como la Convención Única sobre Estupefacientes, que prohíben ciertas sustancias de forma global.

Desde su ilegalización, a mediados del siglo XX, numerosos países, destacando Estados Unidos, iniciaron y aún prosiguen la llamada «guerra contra las drogas» destinada a combatir el narcotráfico y la delincuencia organizada surgida de la prohibición de estupefacientes.

Antes de las primeras civilizaciones ya hay pruebas de que el hombre, conocía los efectos de ciertas plantas como la adormidera del opio y las usaba. En todas las civilizaciones, desde la asiria hasta la actual del siglo XXI, el ser humano ha consumido todo tipo de drogas por distintos motivos, religiosos, rituales, medicinales, hábitos o costumbres, por distracción, hedonismo, etc.

En la cultura occidental la droga es considerada un tema tabú, pero solo desde mediados del siglo XX, que es cuando se dictaron las primeras leyes contra las diferentes drogas, si bien algunos países y estados de EE.UU. han ido promoviendo una cierta apertura y mayor tolerancia desde principios del siglo XXI. 

Un ejemplo de prohibicionismo es la conocida Ley seca, mediante la cual se llegó a prohibir el alcohol en los Estados Unidos. El experimento de la prohibición fracasó y fue el origen del poder de ciertos grupos mafiosos que comenzaron traficando con esta droga, y cuando fue legalizada, cambiaron a otras que seguían prohibidas. En la mayoría de países de Europa Occidental, el tráfico y producción sigue penado, pero en algunos casos su consumo o posesión de pequeñas cantidades se ha ido despenalizando, pero sigue siendo sancionado.

A pesar de ser las dos sustancias que más muertes provocan en las sociedades modernas, por su volumen de consumo, el alcohol y el tabaco no tienen el mismo estigma que las restantes drogas, ya que son legales y su uso está aceptado socialmente y regulado por la administración pública.

Debido a las prohibiciones globales de determinadas drogas, la producción y distribución de estas está a cargo del crimen organizado y cárteles del narcotráfico, que operan en distintas rutas globales para su distribución desde sus centros de producción, situados habitualmente en países subdesarrollados, hasta sus centros de consumo, que normalmente son países desarrollados. Un informe de Naciones Unidas del año 2003 estimó que el comercio mundial de drogas generó una riqueza estimada en 321.600 millones de dólares estadounidenses, o lo que es lo mismo, el 1% del PIB mundial generado ese año. 

Las naciones del mundo, sobre todo Estados Unidos, invierten miles de millones de dólares al año para intentar frenar este mercado ilegal —se estima que sólo Estados Unidos invierte anualmente 51.000 millones de dólares, aunque según algunos informes, tras décadas de «guerra» estas políticas han fracasado en sus intentos.

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