domingo, 29 de marzo de 2015

DIÁCONO



Un DIÁCONO es considerado un servidor, un clérigo o un ministro eclesiástico, cuyas calificaciones y funciones muestran variaciones según las distintas ramas del cristianismo. En las Iglesias católica, copta y ortodoxa se refiere así a aquel que ha recibido el grado inferior del sacramento del Orden Sagrado por la imposición de las manos del obispo, y por lo tanto se le considera la imagen sacramental de Cristo servidor, en virtud de la Sagrada Escritura que especifica: «Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos»

La epístola a los Filipenses, datada tentativamente de 54 a 61 d.C., se dirige a los episkopoi que no son todavía los obispos actuales, sino los presbíteros y ancianos encargados de dirigir la comunidad y los diakonoi, es decir, los diáconos o asistentes. Esta mención de los presbíteros y los diáconos es considerada hoy como un antecedente embrional de la actual jerarquía.

El libro de los Hechos de los Apóstoles, datado de 60-70 d.C., narra la constitución por parte de los Apóstoles de los que podrían ser considerados los primeros siete diáconos de la Iglesia de Jerusalén.

El Concilio Vaticano II especificó el lugar ocupado por los diáconos en la Iglesia católica y sus funciones:

En el grado inferior de la jerarquía están los diáconos, que reciben la imposición de las manos «no en orden al sacerdocio, sino en orden al ministerio». Así, confortados con la gracia sacramental, en comunión con el obispo y su presbítero, sirven al pueblo de Dios en el ministerio de la liturgia, de la palabra y de la caridad. Es oficio propio del diácono, según le fuere asignado por la autoridad competente, administrar solemnemente el bautismo, reservar y distribuir la Eucaristía, asistir al matrimonio y bendecirlo en nombre de la Iglesia, llevar el viático a los moribundos, leer la Sagrada Escritura a los fieles, instruir y exhortar al pueblo, presidir el culto y oración de los fieles, administrar los sacramentales, presidir el rito de los funerales y sepultura.

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