miércoles, 21 de enero de 2015

EL CUPLÉ



El CUPLÉ es un estilo musical, ligero y popular, que a veces puede resultar algo grosero y picante.

La palabra viene del francés couplet, que a su vez procede del provenzal cobla. Cobla significa pareja de versos. Según el lingüista Émile Littré, la palabra couplet en el siglo XIX significó en la jerga teatral parlamento o parte hablada. La ortografía couplet se mantuvo en España durante todo el primer cuarto del siglo XX, hasta que se adoptó la hispanización de cuplé.
Desde el siglo XVII fueron muy célebres en los escenarios españoles los monólogos cantados por mujeres. Así encontramos, en primer lugar, la jácara y, ya en el XVIII, la tonadilla. Ambas piezas se cantaron tanto dentro de obras de más extensión como por separado, y es aquí donde hemos de buscar el origen del cuplé. A finales del siglo XIX, por la influencia de los espectáculos franceses, se produce una evolución en las tonadillas tradicionales, y así nace el cuplé. Se dice que el primero, La Pulga, una traducción de una canción francesa, fue estrenada por Aurora Bergès en 1893.
Las primeras obras fueron de tono picante, sicalíptico, como se dijo entonces, si bien, ya en 1911, la aparición en escena de La Goya provocó un cambio en este tipo de obras, que se volvieron más decentes, convirtiéndose entonces en un espectáculo para todos los públicos, no como antes, durante el periodo 1893–1911 —en que se denominó a este tipo de teatro «género ínfimo»—, cuando las representaciones eran, normalmente, sólo para hombres. Con La Goya, como decimos, los «géneros ínfimos» pasaron a convertirse en «teatro de variedades».
Con el paso del tiempo los cuplés comenzaron a pasar de moda, y nacieron otras formas de espectáculo de variedades, como es la Revista, que empezará a triunfar en los años treinta, con títulos de tanta relevancia como Las Leandras, en 1931. Terminada la Guerra Civil, el nuevo orden político prohibirá el cuplé como espectáculo, pero éste sabrá defenderse de la quema y el tiroteo, escondido bajo dichas representaciones de varietés a lo largo de todo el franquismo. Hoy día muchas de sus letras han sido injustamente olvidadas, pero algunas aún son recordadas por los mayores, que las consideran parte de su lírica tradicional, e incluso por los más jóvenes, que las oyeron cantar a las abuelas.

Tradicionalmente han sido siempre mujeres, aunque hubo excepciones desde sus comienzos ya que las zarzuelas arrevistadas llevaban cuplets que cantaban los cómicos, y en la época actual siglo XXI pueden estar interpretados también los cuplés por hombres y sobre todo por travestis. Suelen ser actrices con voz de tiple, añadiendo una buena figura y rodeadas de una fama de vida desordenada, de lujos y de aventuras. En un principio tenían el nombre de tonadillera, apelativo que subsistió hasta el siglo XX junto con el de cupletista.

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