lunes, 10 de noviembre de 2014

ARISTOCRACIA



La ARÍSTOCRACIA es un concepto político cuya acepción más inmediata se refiere a aquellas personas en cuyo nombre recae el poder político y económico de un país, transmutado por derecho hereditario. 
A la clase de los aristócratas se les llama también «los nobles» o «la nobleza». En los países europeos, por ejemplo, los aristócratas o nobles son los reyes, príncipes, duques, condes, barones, o los que traen causa por nobleza marcadamente militar como adelantados, almirantes, marqueses pero también, en ocasiones, algunos emperadores. En tiempos pasados la Antigua Roma tuvo a los patricios como clase aristocrática y en otros países, como Japón, los nobles del pasado fueron primero los daimyō de alto rango y más tarde los kazoku, en la India eran los chatrías, etc.
Una segunda acepción del término «aristocracia» considera que este no se refiere a quienes ya gobiernan de facto por haber heredado un título de nobleza sino que se refiere a quienes deberían gobernar por ser los más capacitados para ello, sin importar el que sean o no los portadores de un título hereditario. Siguiendo el mismo principio puede considerarse también que el alto nivel de la posición social, por ejemplo un alto nivel económico, sea también un criterio para identificar a las personas que deben gobernar; otros criterios tradicionalmente relacionados con esta segunda acepción de la aristocracia son la plutocracia gobierno de los ricos o la democracia gobierno del pueblo.
Muchos pensadores del mundo antiguo como Platón o Cicerón veían en la república aristocrática al mejor sistema de gobierno para el hombre. Tal poder sería liderado por una elite intelectual y basada en sus conocimientos y estudios, separándose así del vulgo y de la masa inculta. A este sistema se le llama sofocracia.
La aristocracia existía en la Antigua Atenas, con anterioridad al periodo de las guerras persas del siglo V a. C., y en Esparta, prácticamente durante toda su historia. Lo mismo ocurrió en la Antigua Roma durante el periodo de la República romana, desde el siglo VI hasta el I a. C. 

Durante el periodo Heian 794-1185, Japón era una aristocracia de hecho, con unos cuantos miembros de la alta nobleza la mayoría de un solo clan, el Fujiwara gobernando en nombre de emperadores títeres.

Platón y Aristóteles emplearon la palabra en su sentido original. Para Platón, «los mejores» eran los filósofos, buscadores de la verdad y de un claro sistema ético. Aristóteles, distinguió la aristocracia de la monarquía, gobierno de uno solo, y de la democracia, gobierno del pueblo.

En la teoría aristotélica, los pocos ejercen el poder en beneficio del todo. Cuando no lo hacen así, la aristocracia se convierte en oligarquía, gobierno de facción. Más allá de su sentido originario, para griegos y romanos las aristocracias fueron clases sociales bien definidas, que ejercían el poder o se empeñaban en manejarlo detrás de la escena.

Durante la Edad Media europea no existió una verdadera aristocracia, puesto que, aunque el poder político se hallara en manos de unos pocos, cada señor feudal era dueño absoluto de su propio dominio. En Inglaterra el gobierno vigente desde la subida al trono de la casa de Hannover en 1714 y a lo largo del siglo XIX, aunque de naturaleza parlamentaria, era en realidad una aristocracia, pues tanto el rey como el Parlamento eran controlados por unas pocas familias. Tras el proceso de emancipación de América Latina, en algunos de los nuevos países surgidos del mismo, se dieron algunas inclinaciones hacia formas de gobierno aristocrático, que no prosperaron.

Esto significa que desde la Edad Antigua se identifica al término como un estrato social elevado y minoritario. En la Alta Edad Media, las monarquías no daban lugar al crecimiento de las aristocracias. En la medida en que se desarrollaron las cortes, los títulos nobiliarios habilitaron a nuevos aristócratas que influían decisivamente en la política de los reinos. En la práctica, históricamente casos significativos de aristocracia se dieron en Venecia y Polonia, ya que generalmente el poder lo ejercieron los reyes o, en la era contemporánea, los representantes del pueblo.

En la actualidad, el término aristocracia se usa en un sentido más genérico en diferentes contextos para referirse a un grupo reducido y selecto considerado superior en diversas categorías, como por ejemplo, la aristocracia de linaje, de riqueza o intelectual. De hecho, el término define un régimen político en el que el poder está en manos de las clases altas de la sociedad. Con el mismo nombre, se designa a los nobles, y se usa «aristocracia» como sinónimo de nobleza.

Sin embargo, hoy en día se designan como aristocracia a la nobleza y a las clases altas, por tradición o linaje, en cualquier sociedad. En un sentido más amplio, el término se usa para hablar de grupos selectos y excluyentes en diversos ambientes o contextos por ejemplo, la «aristocracia financiera», la «aristocracia del saber», incluso la «aristocracia proletaria», por los trabajadores mejor remunerados.

La aristocracia de nuestro siglo XXI se encuentra presente en todos los países constitucionalmente nacidos. Un ejemplo claro, son las casas reales europeas, hoy no reinantes, como los Bonaparte y los Orleans franceses, los Hohenzollern alemanes, los Habsburgo austríacos y los Saboya italianos, todos ellos emparentados entre sí y con las monarquías reinantes de Europa, por cuestiones de parentesco. Todas estas familias, cuentan con miembros, que si bien, no están en el trono, tienen una notable presencia en el mundo político, financiero, cultural y social, aunque sea pequeñas, pero notables. En Latinoamérica, podemos contar con Luis de Orleans-Braganza, jefe de la Casa Imperial de Brasil; en otros países de la región no se reconocen los títulos aristocráticos, como en Argentina, que bien podría ser los descendientes de Manuel Belgrano y de José de San Martín.

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