martes, 26 de agosto de 2014

DARWINISMO



El DARWINISMO es un término con el que se describen las ideas de Charles Darwin, especialmente en relación a la evolución biológica por selección natural.

El darwinismo no es sinónimo de evolucionismo, este último es anterior a Charles Darwin: las teorías darwinistas son evolucionistas, pero su aportación clave es el concepto de selección natural considerado determinante para explicar la causa de la evolución y que en su posterior desarrollo, con numerosas aportaciones y correcciones, permitirá la formulación de la teoría de la evolución actual o síntesis evolutiva moderna. Por tanto es igualmente equivocado usar el término «darwinismo» para referir la actual teoría de la evolución, ya que esta no se reduce sólo a las ideas postuladas por Charles Darwin.

Para el biólogo evolutivo Ernst Mayr el término «darwinismo» tiene a lo largo de la historia y desde 1859 año de publicación de la obra de Darwin El origen de las especies al menos nueve usos distintos. Al principio el darwinismo solo significaba anticreacionismo. Si alguien explicaba el cambio evolutivo acudiendo a causas naturales y no divinas era tachado de «darwinista» por ejemplo, Thomas Henry Huxley y Charles Lyell.

El uso del término variará conforme las diversas teorías y subteorías que contenían los postulados los cuales fueron poco a poco siendo aceptados, para después ser matizados, corregidos y completados hasta la formulación, en la década de 1940 a 1950, de la síntesis evolutiva moderna. Desde entonces puede decirse que el paradigma darwinista resiste frente a los ataques sufridos y el reduccionismo, su formulación básica está vigente y parece que puede durar: la evolución es el resultado de la variación genética y de su ordenamiento mediante la eliminación y la selección.

Las concepciones evolucionistas de Darwin constituyen un complejo sistema teórico, un conjunto de teorías relacionadas, más que una teoría singular. El núcleo de esas concepciones sigue conservando toda su validez, a pesar de su natural insuficiencia y de algún error significativo, sobre todo en su explicación de la herencia a través de pangénesis. En el darwinismo hay tres ejes teóricos que explican distintos aspectos de la realidad biológica.

El transformismo, que es la noción de que las especies van cambiando sus características a lo largo del tiempo de una manera fundamentalmente gradual. Lo que ahora designa el término evolucionismo fue señalado durante mucho tiempo, hasta bien entrado el siglo XX, como transformismo.

La noción de que las especies se diversifican, por adaptación a ambientes o modos de vida diferenciados, ramificándose; el otro aspecto del mismo fenómeno es que todas las especies están emparentadas, aunque en grados distintos, y en último término todas las especies tienen su origen común en un remoto antepasado común único. De esta convicción deriva la de que es obligado intentar clasificar las especies por su parentesco filogenia, criterio que debe pasar por encima de cualquier otro. Darwin desconfiaba de que este ideal fuera alcanzable, aunque el desarrollo reciente del análisis filogenético lo está aproximando.

La adaptación al ambiente que motiva el cambio evolutivo, según había sido ya propuesto con anterioridad por otros autores, como Lamarck, debía tener su mecanismo en la selección natural, concebida como resultado de dos factores. Estos son, por un lado, la variabilidad natural hereditaria de los individuos de una especie y, por otro, la tasa diferencial de éxito reproductivo, dependiente también de la tasa de supervivencia, entre las distintas variantes genéticas presentes en la población.

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