lunes, 28 de julio de 2014

TAROT



El TAROT es una baraja de naipes a menudo utilizada como medio de consulta e interpretación de hechos presentes, pasados o futuros, sueños, percepciones o estados emocionales que constituye, además, un tipo de cartomancia.

Sus orígenes datan al menos del siglo XIV. La técnica se basa en la selección de cartas de una baraja especial, que luego son interpretadas por un lector, según el orden o disposición en que han sido seleccionadas o repartidas.

Las primeras referencias al tarot aparecen en el siglo XV en Italia. La baraja más antigua es el tarot de Filipo María Visconti 1412-1447, hoy día en la Biblioteca de la Universidad de Yale.

El historiador italiano Giordano Berti supone que el duque de Milán fue el inventor del tarot. En efecto, algunas imágenes del tarot de Filipo María Visconti son iguales a las de otra baraja diseñada por el duque en 1415: el juego Los XVI Héroes.

En estudios realizados por ocultistas de los siglos XVIII y XIX, como Antoine Court de Gebelin, Eliphas Levi y el doctor Gérard Encausse Papus, se intenta demostrar la conexión existente entre el tarot y la cábala, así como con el simbolismo egipcio.

Según plantean los investigadores Daniel Rodes y Encarna Sánchez, el origen del tarot habría que buscarlo entre los cátaros medievales y la cultura occitana, cuya filosofía encaja perfectamente en la idea básica del juego de tarot.

Así, la presencia de una papisa, la importancia de los personajes femeninos y claras referencias a un cristianismo distinto al de la ortodoxia romana harían pensar en un uso original del tarot como una transmisión de un conocimiento filosófico, si bien con el paso del tiempo pasarían a ser usadas como un sistema adivinatorio. Pero la papisa fue, en realidad, un símbolo de la fe cristiana, como demuestran numerosas obras de arte de la Edad Media.

Otros autores afirman que los gitanos, en su deambular por los países europeos, promovieron el tarot como un sistema adivinatorio. Hay, de hecho, quien sostiene que el tarot logró sobrevivir a la Inquisición, ya que los gitanos no representaban objetivos prioritarios de la jurisdicción inquisitorial, por los que ellos, sus conocidas prácticas esotéricas y sus efectos personales consiguieron zafarse de la persecución y la hoguera y llegar hasta nuestros días. Pero es cierto que los gitanos llegaron a Europa cuando el tarot era ya conocido. Por otra parte, el tarot se juega en Italia desde el siglo XV, y en el siglo siguiente se propagó en muchas regiones de Europa: en primer lugar Francia, después Suiza, Bélgica, Alemania y Austria. La adivinación con el tarot aparece con seguridad en Italia y Francia en el siglo XVIII.

A fines del siglo XVIII y comienzos del XIX las cartas del tarot fueron asociadas al misticismo y a la magia. La tradición comenzó en 1781, cuando Antoine Court de Gébelin, un clérigo suizo y francmasón, publicó Le Monde Primitif, un estudio especulativo sobre el simbolismo religioso antiguo y sus remanentes en el mundo moderno. De Gébelin argumentaba que el simbolismo del tarot de Marsella representaba los misterios de Isis y Thoth. Gébelin más tarde afirmó que el nombre "tarot" venía de los vocablos egipcio star, que significa "real", y ro, que significa "camino", y que el tarot representaba, por lo tanto, un "camino real" a la sabiduría.

Gébelin arguyó estos y similares puntos de vista en forma dogmática; no presentó evidencias para sostener sus argumentos. Además, Gébelin escribió antes de que Champollion hubiera descifrado los jeroglíficos egipcios. Los modernos egiptólogos nada encontraron en el lenguaje egipcio que sustentara las fantasiosas etimologías de Gébelin, pero estos descubrimientos llegaron demasiado tarde. Cuando se dispuso de los auténticos textos egipcios, ya estaba firmemente establecida la identificación de las cartas del tarot con el Libro de Thot egipcio en la práctica ocultista.

Aunque las cartas del tarot se usaban para predecir la fortuna en Bolonia, en el siglo XVIII, fueron publicadas originalmente como un método de adivinación por Jean-Baptiste Alliette, también llamado "Etteilla", un ocultista francés que revirtió las letras de su nombre y trabajó como adivino poco antes de la revolución francesa. Etteilla diseñó el primer mazo de tarot esotérico y añadió atribuciones astrológicas y motivos "egipcios" a varias cartas, alterando muchos de los diseños marselleses y añadiendo significados adivinatorios en el texto de las cartas. Los mazos de Etteilla, aunque ahora eclipsados por los ilustrados de Smith y Waite y el mazo "Thoth" de Aleister Crowley, aún se encuentran disponible.

Más tarde, Marie-Anne Le Normand popularizó la adivinación y la profecía durante el reinado de Napoleón I. Esto se debió en parte a la influencia que tuvo sobre Josefina de Beauharnais, la primera esposa de Napoleón. Sin embargo, ésta no usaba el tarot habitualmente.

El interés en el tarot para la adivinación a cargo de otros ocultistas llegó después, durante el auge de los herméticos, de la década de 1840, en la cual entre otros estuvo involucrado Víctor Hugo. La idea de las cartas como clave mística fue desarrollada posteriormente por Eliphas Lévi y pasó al mundo de habla inglesa por la Orden Hermética del Alba Dorada. Lévi, y no Etteilla, es considerado por algunos el verdadero fundador de las escuelas más contemporáneas de tarot; su Dogme et Ritual de la Haute Magie, de1854, introdujo una interpretación de las cartas que las relacionaba con la Cábala. Aunque Lévi aceptó las afirmaciones de Court de Gébelin sobre un origen egipcio de los símbolos de las cartas, rechazó las innovaciones de Eteilla y su mazo alterado y arregló en su lugar un sistema que relacionaba al tarot, especialmente al tarot de Marsella, con la cábala y con los cuatro elementos de la alquimia. Por otro lado, algunos significados adivinatorios de Etteilla todavía son usados por algunos lectores de tarot.

La baraja de tarot está compuesta por 78 cartas, divididas en arcanos mayores y menores. La palabra «arcano» proviene del latín arcanum, que significa "misterio" o "secreto".
Las cartas de los arcanos mayores, 22 en total, son:
·       El Mago
·       La Sacerdotisa
·       La Emperatriz
·       El Emperador
·       El Sumo Sacerdote
·       El Enamorado
·       El Carro
·       La Justicia
·       El Ermitaño
·       La Rueda de la Fortuna
·       La Fuerza
·       El Colgado
·       La Muerte
·       La Templanza
·       El Diablo
·       La Casa de Dios La Torre
·       La Estrella
·       La Luna
·       El Sol
·       El Juicio
·       El Mundo
·       El Loco

Esta última es la única carta y, según el tipo de naipe o su edición, puede no estar numerada o bien puede corresponderle el número cero. Asimismo, los 22 Arcanos Mayores se conocen como triunfos atouts, en francés; atutti en italiano, lo que significa "por encima de todo"

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