sábado, 29 de marzo de 2014

CABARET



CABARET es una palabra de origen francés cuyo significado original era taberna, pero que pasó a utilizarse internacionalmente para denominar a las salas de espectáculos, generalmente nocturnos, que suelen combinar música, danza y canción, pero que pueden incluir también la actuación de humoristas, ilusionistas, mimos y muchas otras artes escénicas.

Se distinguen de otros locales de espectáculos, entre otras cosas, porque tienen un bar, cuando son pequeños, y un bar y un restaurante, cuando son grandes. A diferencia de lo que sucede en el teatro, los asistentes pueden beber y conversar con otros espectadores durante las actuaciones.

El público de los cabarets aplaude, con frecuencia, espectáculos atrevidos, tanto políticos como sexuales. Fue en los cabarets donde aparecieron los primeros travestís en un escenario y también donde se presentaron las primeras pantomimas de homosexuales y lesbianas. Una de las más famosas fue, seguramente, la pantomima lésbica pantomime lesbienne Rêve d'Égypte Sueño de Egipto, protagonizada por la actriz y pin-up Colette, que luego llegaría a ser una novelista famosa, y por la Marquesa de Morny, arqueóloga. El espectáculo se presentó en el Moulin Rouge en 1907. Estaba previsto hacer 10 representaciones, pero sólo pudo hacerse la primera, porque la Policía amenazó con cerrar el local.

En los cabarets se dieron a conocer muchos cantautores, como Georges Brassens, Aristide Bruant o Serge Gainsbourg, y también cantantes como Juliette Gréco o Edith Piaf.

El café-concert, nacido con la Revolución francesa, se popularizó en la segunda mitad del siglo XIX. Uno de los más conocidos fue inmortalizado por Pierre-Auguste Renoir en su famosa obra Baile en el Moulin de la Galette. Eran lugares donde la gente iba exclusivamente a divertirse; pero los creadores de los primeros cabarets querían algo más intelectual y más inconformista, locales que fueran adecuados para los cantautores o donde, por ejemplo, se pudiera bailar el cancán, baile creado a mediados del siglo XIX y que a muchas personas les parecía escandaloso.

Le Chat Noir Caveau Artistique, bodega artística, fundado en el barrio bohemio de Montmartre de París en 1881, fue el primer cabaret famoso. Entre sus clientes habituales había muchos escritores, pero la mayoría eran pintores y estudiantes de Bellas Artes. Solían actuar cantautores, como Aristide Bruant, y también se presentaban espectáculos de teatro de sombras.

En 1889 en el barrio rojo parisino de Pigalle fue construido el Moulin Rouge Bal du Moulin Rouge, Baile del Molino Rojo, donde lo más característico eran las bailarinas de cancán. Solían tener nombres artísticos extravagantes, como Grille d'Égout reja de alcantarilla, La Goulue la glotona o La Sauterelle la saltamontes.

El primer escándalo notable en el Moulin Rouge fue en 1893, cuatro años después de su inauguración, por un desfile de Quat'zarts carnaval, organizado por los estudiantes de Bellas Artes. Henri Guillaume, como director del desfile, y Sarah Brown y Manon, acusadas de haberse mostrado en público "Dans un état de nudité extrème" en un estado de extrema desnudez fueron condenados con una multa de 100 francos, "Avec sursis" que sólo tenían que pagar en caso de reincidencia, porque el juez reconoció "Le caractère artistique et désinteressé" el carácter artístico y desinteresado del desfile.

El Folies Bergère, en París, fue inaugurado como music hall en 1869 y tenía un bar, pero empezó a presentar espectáculos de cabaret en los años 1890. Para poder hacer la competencia al Moulin Rouge, contrató a dos grandes estrellas de la época: Loïe Fuller y Cléo de Mérode.

Els Quatre Gats, 1897, y El Molino, en 1899, ambos en Barcelona, fueron los primeros en España.

A finales del siglo XIX, el Père Frédé, cantante, guitarrista y violonchelista, comenzó a actuar regularmente en el Lapin Agile, en el barrio parisino de Montmartre, y el local se consolidó.

En 1901 se creó el primer cabaret alemán conocido, el Überbrettl.

En los años 1910 la compañía del teatro parisino Bataclan hizo una gira por Sudamérica, su éxito en Buenos Aires fue tan notable que en lunfardo las bailarinas de revista empezaron a ser llamadas bataclanas. El Armenonville, inaugurado en 1910, fue el primer cabaret famoso de Buenos Aires, Argentina. En 1916, el Cabaret Voltaire, en Zúrich, Suiza, fue fundado por los dadaístas.

El Cotton Club de Nueva York fue creado por el gánster Owney Madden en los años 1920.

En 1887, el escritor español Azorín, por ejemplo, utilizó la palabra «cabaret» para referirse a un lugar público de reunión literaria o artística. Pero el significado de la palabra fue evolucionando y, en el siglo XXI, muchas personas, en español, sólo la utilizan para referirse a locales nocturnos que presentan espectáculos de revista o de variedades, seguramente porque el Moulin Rouge o el Folies Bergère fueron mucho más famosos que Le Chat Noir, Els Quatre Gats o el Cabaret Voltaire, y por la popularidad de la película Cabaret de Bob Fosse. Sin embargo, en otros idiomas la evolución fue diferente. Así, por ejemplo, en alemán, kabarett se utiliza principalmente para los que son de tipo literario o político —el Kabarettist alemán es un actor humorista cuyos temas giran en torno al acontecer político y cultural, con énfasis en lo irónico y lo satírico—, y en italiano, cabarettista es un sinónimo de actor humorista.

Los primeros espectáculos de cabaret no tenían prácticamente ninguna semejanza con el music hall, ya que consistían, principalmente, en actuaciones de bailarinas de can-can, cantautores y travestís y también mujeres disfrazadas de varones, espectáculos que no formaban parte del repertorio habitual del music hall. Además, el cancán había sido prohibido por la censura en el Reino Unido época victoriana. Pero a lo largo del siglo XX, los cabarets fueron ofreciendo espectáculos cada vez más variados, por lo que muchos artistas de music hall también fueron artistas de cabaret y viceversa.

De todos modos, hay países, como el Reino Unido, en los que el público prefería los espectáculos de music hall, o Estados Unidos donde prefería los de burlesque. En España, tuvo más éxito la revista que el cabaret.

No hay comentarios:

Publicar un comentario