martes, 4 de junio de 2013

LAIKA



Laika, en ruso, 'Que ladra', nació 1954 y murió el 3 de noviembre de 1957 fue una perra espacial soviética que se convirtió en el primer ser vivo terrestre en orbitar la Tierra. Lo hizo a bordo de la nave soviética Sputnik 2, el 3 de noviembre de 1957, un mes después que el satélite Sputnik 1. También fue el primer animal que murió en órbita.

Como se sabía poco sobre los efectos que los vuelos espaciales podían producir sobre los seres vivos en el momento de la misión de Laika, y la tecnología de suborbital no se había desarrollado todavía, no había ninguna expectativa de que Laika sobreviviera. Algunos científicos creían que los humanos no podrían sobrevivir al lanzamiento o a las condiciones del espacio exterior, por eso los ingenieros de vuelos vieron a los vuelos de animales como los precursores necesarios para las misiones humanas. Laika, una perra callejera, originalmente llamada Kudryavka en ruso: Poco Rizado, se sometió a entrenamiento con otros dos perros, y finalmente fue elegida como la tripulante de la nave espacial soviética Sputnik 2, que fue lanzada al espacio exterior el 3 de noviembre de 1957.

Al igual que otros animales en el espacio, Laika murió entre cinco y siete horas después del lanzamiento, bastante antes de lo planeado. La causa de su muerte, que no fue revelada sino hasta décadas después del vuelo en 2002, fue, probablemente, una combinación del estrés sufrido y el sobrecalentamiento que, tal vez, fue ocasionado por un fallo del sustentador de la central R-7, que forma parte del sistema térmico de la nave, al separarse de la carga útil. Aunque Laika no sobrevivió al viaje, su experiencia demostró que es posible que un organismo soporte las condiciones de micro gravedad, abriendo así camino a la participación humana en vuelos espaciales, allanando el camino para los vuelos espaciales humanos y proporcionando a los científicos algunos de los primeros datos sobre cómo los organismos vivos reaccionan a los entornos de los vuelos espaciales. Tras Laika, la URSS envió doce perros mas al espacio, de los cuales cinco de ellos regresaron con vida a la Tierra.

Laika era una perra callejera de Moscú, que pesaba aproximadamente 6 kg y tenía 3 años de edad cuando fue capturada para el programa espacial soviético. Originalmente la llamaron Kudryavka rizadita, después Zhuchka bichito, y luego Limonchik limoncito, para finalmente llamarla Laika, debido a su raza. Los perros capturados eran mantenidos en un centro de investigación en esta ciudad, y tres de ellos fueron probados y entrenados para las demandas de la misión: Laika, Albina y Mushka.

El Sputnik 2 fue lanzado el 3 de noviembre de 1957. Los signos vitales de Laika eran seguidos telemétricamente por el control en tierra. Al alcanzar la máxima aceleración después del despegue, el ritmo respiratorio del animal aumentó de tres a cuatro veces lo normal, y su frecuencia cardiaca pasó de 103 a 240 latidos por minuto. Al alcanzar la órbita, la punta cónica del Sputnik 2 se desprendió exitosamente. La otra sección de la nave que debía desprenderse el "Block A" no lo hizo, impidiendo que el sistema de control térmico funcionara correctamente. Parte del aislamiento térmico se desprendió, permitiendo que la cápsula alcanzara una temperatura interior de 40 °C. Tras tres horas de micro gravedad, el pulso de Laika había descendido a 102 latidos por minuto; este descenso en la frecuencia cardíaca había tomado tres veces más tiempo que lo experimentado durante el entrenamiento, lo cual indicaba el estrés bajo el que estaba la perra. Los datos telemétricos iniciales mostraban que, aunque Laika estaba agitada, estaba comiendo. La recepción de datos vitales paró entre cinco y siete horas después del despegue.

Sin embargo, la información que Moscú dio a conocer, decía que el animal se comportaba en calma en su vuelo espacial, y que en pocos días Laika descendería a la Tierra, primero en su cápsula espacial y luego en paracaídas. El mundo confiaba en que el animal llevaba alimento suficiente y su condición era estable, por lo que muchas personas estuvieron pendientes del regreso de Laika. Algunas aprovecharon para gastar bromas: durante varias horas, la población de Santiago de Chile estuvo convencida de que Laika había caído en la ciudad. Los habitantes de la zona suburbana vieron descender a un perro en paracaídas, y la gente se convenció al instante de que se trataba de Laika. Cuando el animal llegó a la tierra, se comprobó que en realidad se trataba de un perro macho, y el montaje no era más que una broma para aprovecharse de la psicosis de "Perras voladoras".

 

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