viernes, 28 de junio de 2013

ADONIS



En la mitología griega, Adonis era hijo de Cíniras y su misma hija, llamada Mirra o Esmirna.

El joven Adonis resultó sumamente hermoso, hasta el punto de que la diosa Afrodita se enamoró de él locamente. En una ocasión en que Adonis andaba de caza, lo mató un jabalí.

El mito de Adonis es originario de Fenicia, de dónde se extendió a todos los países del Mediterráneo con diversas modificaciones, si bien siempre retuvo aspectos semíticos, constituyendo una de las figuras de culto más complejas de la época clásica. Tuvo múltiples papeles y su significado y propósito en las creencias religiosas griegas han sido objeto de mucha investigación a lo largo de los siglos.

Su equivalente semítico es Tammuz y el etrusco Atunis. Algunos mitólogos creen que más tarde fue exportado a Germania, y que su equivalente en la mitología germánica es Baldur. Su culto era femenino y se desarrolló en el círculo de jóvenes mujeres alrededor de Safo en Lesbos sobre el 600 a.C., como revela un fragmento de Safo.

Adonis estaba ciertamente basado en gran parte en Tammuz. Su nombre es semítico, probablemente su etimología se remonte al antiguo semítico adon, ‘señor’ que también fue usada, como «Adonai», para referirse a Yahveh en el Antiguo Testamento. Cuando los hebreos llegaron a Canaán, se les opuso el rey de los jebusitas, Adonizedek, cuyo nombre significa ‘señor de Zedek’ Justicia. Pero como no hay rastro de culto semítico alguno directamente relacionado con Adonis, ni tampoco ningún mitema específico relacionado su mito griego en las lenguas semíticas, investigadores griegos y de Oriente Próximo han cuestionado esta relación. La relación en las prácticas religiosas es con su equivalente mesopotámico, Tammuz:

Adonis era adorado en religiones mistéricas secretas: hasta la época del Imperio Romano en Luciano de Samosata, De Desa Syria VI ninguna fuente escrita menciona que las mujeres eran consoladas por un Adonis revivido. Las mujeres atenienses plantaban «Jardines de Adonis», hierbas de crecimiento rápido que crecían de las semillas y morían. El Festival de Adonis era celebrado por mujeres a mediados del verano plantando hinojo y lechuga, y granos de trigo y cebada. Las plantas brotaban pronto y se marchitaban rápidamente, y las mujeres lloraban la prematura muerte del dios de la vegetación.

«En Grecia», concluye Burkert, «la función especial del culto a Adonis es como oportunidad para la expresión incontrolada de emociones en la estrictamente restringida vida de las mujeres, en contraste con el rígido orden de la polis y la familia en los festivales femeninos oficiales en honor de Deméter

El nacimiento de Adonis está envuelto de confusión para los que necesitan una única versión autorizada. Los decididamente patriarcales helenos buscaron un padre, y lo encontraron en Biblos y Chipre, fieles indicadores de la dirección desde la que procedía su culto. Walter Burkert cuestiona si Adonis no habría llegado desde el mismo principio a Grecia con Afrodita.

Existen varias versiones del nacimiento de Adonis:

La más comúnmente aceptada es que Afrodita instó a Mirra a cometer incesto con su padre, Ciniras o Tías, rey de Esmirna o Siria lo que ayuda a confirmar la zona de origen de Adonis. La niñera de Mirra ayudó con el plan, y Mirra se unió con su padre en la oscuridad. Cuando Tías descubrió al fin este engaño gracias a una lámpara de aceite, montó en cólera y persiguió a su hija con un cuchillo. Mirra huyó de su padre y Afrodita la transformó en un árbol de mirra. Cuando Tías disparó una flecha al árbol o cuando un jabalí usó sus colmillos contra la corteza, Adonis nació de él.

Apolodoro consideraba que Adonis era el hijo de Cíniras, rey de Pafos Chipre, y Metarme.

Hesíodo, en un fragmento, creía que Adonis era hijo de Fénix y Alfesibea.

Cuando Adonis nació, era un bebé tan hermoso que Afrodita quedó hechizada por su belleza, así que lo encerró en un cofre y se lo dio a Perséfone para que lo guardara, pero cuando ésta descubrió el tesoro que guardaba quedó también encantada por su belleza sobrenatural y rehusó devolverlo. La disputa entre las dos diosas fue resuelta por Zeus o Calíope, según las versiones, quien decidió que Adonis pasase cuatro meses con Afrodita, cuatro con Perséfone y los cuatro restantes del año con quien quisiera. Adonis sin embargo prefería vivir con Afrodita, pasando también con ella los cuatro meses sobre los que tenía control.

Adonis murió destrozado por los colmillos de un jabalí enviado por Artemisa como represalia por la implicación de Afrodita en la muerte de Hipólito. Otras versiones cuentan que el jabalí era el celoso amante transformado de Afrodita, Ares. Afrodita roció néctar sobre su cuerpo, de forma que cada gota de su sangre se convirtió en una flor roja llamada anémona. Cuando Afrodita corrió a socorrerle se hirió con unas zarzas y sus gotas de sangre se transformaron en unas flores parecidas a las rosas que se llamaron «Adonis».

Al morir, el río Adonis, que nacía del monte Líbano en la Siria costera, corrió rojo según Luciano, quien atribuye el color a la sedimentación, pero añade que «sin embargo, hay algunos habitantes de Biblos que dicen que Osiris de Egipto yace enterrado entre ellos, y que el luto y las ceremonias se hacen en honor de Osiris y no de Adonis». Ciertamente hay muchos paralelismos con el mito de Osiris, encajonado en un ataúd y encerrado en el árbol del que surgió.

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