martes, 21 de mayo de 2013

PREMONICIONES





A fines de septiembre de 1997, la octogenaria señora Lidia Gómez, natural del pueblito de Punitaqui, en el norte de Chile, tuvo durante varias noches consecutivas un sueño recurrente. Su vieja casa de adobe, junto a la mayoría de las viviendas de las cuadras aledañas, se venía abajo, destrozando con gran estrépito casi todos los enseres que había dentro de ella. Aunque sorprendida por lo vívido de las imágenes y la sensación de inquietud que las mismas le causaban, la señora Lidia prefirió no darles mayor importancia. Sin embargo, dos semanas más tarde, el 14 de octubre para ser más exactos, un gran terremoto grado 7.1 en la escala de Richter remeció a todo Punitaqui, derrumbando a la mayoría de las centenarias casas de esa comuna de la Cuarta Región. La casa de la señora Lidia, por cierto, quedó hecha escombros.
 
Otros célebres ejemplos de premonición abundan en la historia. Abraham Lincoln, el presidente de los Estados Unidos que abolió la esclavitud, soñó reiteradamente que entraba en el cuarto oriental de la Casa Blanca, donde veía un cadáver amortajado y custodiado por varios soldados. Tras preguntar a un soldado quién era el muerto, éste le respondió que el Presidente había sido asesinado. Lincoln no sospechaba que días más tarde – el 14 de abril de 1865- iba a ser asesinado por un secesionista de un disparo en la nuca.
 
 
Las premoniciones por lo general se manifiestan en forma de sueños, visiones o imágenes mentales, sensaciones e incluso sonidos y ocurren en la mayoría de los casos en forma espontánea y abrupta, independientemente de la voluntad de la persona que la experimenta. Pero han sido rechazadas por los escépticos y la comunidad científica y se han transformado en un fenómeno psíquico controvertido.
 
 
Los espiritualistas han intentado desentrañarlas y estiman que el aviso premonitorio podría proceder de una fuente inteligente externa (Dios, un espíritu, fuerzas sobrenaturales benévolas) que quiere prevenir al sujeto de algo, mientras que en los campos de la psicología y la parapsicología la premonición se considera sólo como una forma de autosugestión, una proyección intuitiva, una coincidencia o una suerte de auto profecía cumplida.
 
Otras dimensiones:
 
 
Otros prefieren aventurar otras teorías para explicarlas. Si físicos y matemáticos aceptan que, fuera de las tres dimensiones conocidas, puede haber otras dimensiones posibles, no sería descabellado razonar que entre nosotros puedan existir seres más sensibles o multidimensionales que puedan asomarse al futuro a través de estas premoniciones. Personas susceptibles que pueden avizorar una cuarta o quinta dimensión, donde el tiempo no existe y el pasado, presente y futuro carecen de fronteras.

 
Lo cierto es que no cualquiera puede experimentar una premonición. Los que poseen un nivel mental o espiritual elevado o diferente parecerían estar mejor dotados para experimentar estos sorprendentes “avisos” sobre el devenir de nuestro futuro, especialmente si éstos vienen en forma de sueños.
 
J. W. Dunne, célebre ingeniero inglés y pionero de la aviación británica, ya aseguraba que los sueños eran una especie de telescopio espacio-temporal que las personas podían aprender a utilizar; este telescopio, según el británico, aproximaría las imágenes del tiempo como nues­tros telescopios actuales acercan las imágenes del espacio.
 

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